La controversia en torno al juicio ordinario del caso Senkata ha escalado tras las declaraciones del exministro de Justicia, Iván Lima, quien afirmó que el proceso contra la expresidenta Jeanine Áñez se inició por “capricho” de Evo Morales, en lugar de por responsabilidades políticas.

Esta afirmación ha encendido un intenso debate sobre la legalidad y las motivaciones que subyacen a los juicios políticos en Bolivia.

En su mensaje, Lima argumentó que la decisión de iniciar un juicio ordinario en lugar de un juicio de responsabilidades refleja una manipulación política del sistema judicial. "La historia de este proceso está marcada por intereses políticos y no por la búsqueda de justicia", expresó Lima, quien ocupó el cargo de ministro durante el gobierno de Luis Arce.

Ante estas declaraciones, Áñez reaccionó enérgicamente a través de sus redes sociales, desafiando a Lima a confesar que él fue quien ordenó retirar el proceso que la Fiscalía General había preparado. “Si tienes valor, admite que fuiste tú quien mandó a retirar el proceso.

La verdad saldrá a la luz”, publicó Áñez, intensificando el intercambio y subrayando su descontento con las acciones de los exfuncionarios del gobierno anterior.

El caso Senkata, que se refiere a los violentos enfrentamientos ocurridos en noviembre de 2019 en El Alto, ha sido un tema candente desde que estallaron las protestas por las elecciones presidenciales.

Las acusaciones en contra de Áñez han sido objeto de un intenso escrutinio y han dividido a la opinión pública, con algunos sectores reclamando justicia y otros denunciando un uso político del sistema judicial.

Los analistas políticos advierten que este intercambio podría tener repercusiones significativas en el clima político del país, exacerbando las tensiones entre los diferentes grupos y, potencialmente, afectando la estabilidad del gobierno actual. “La polarización política en Bolivia está en su punto más alto, y este tipo de declaraciones solo avivan el fuego”, señala un analista de la política boliviana.

El contexto de estos eventos también debe ser considerado, dado que el país se encuentra en un periodo de recuperación tras las crisis políticas de 2019 y 2020. La sociedad boliviana está a la expectativa de cómo se desarrollarán estos acontecimientos y cuáles serán sus implicaciones en la política futura.