El Día Mundial de la Quiropraxia, celebrado cada 18 de septiembre, tiene como objetivo concienciar a la población sobre los beneficios de esta disciplina que se enfoca en la alineación y cuidado del sistema neuromusculoesquelético.

Su práctica comenzó en 1895 cuando Daniel David Palmer realizó el primer ajuste vertebral, un hito en la historia de la quiropraxia.

Con el tiempo, esta profesión ha ganado reconocimiento a nivel global, especialmente después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitiera directrices para su regulación en los sistemas de salud.

La quiropraxia es hoy una disciplina complementaria a la medicina tradicional, reconocida por su enfoque no invasivo para tratar dolencias relacionadas con la columna vertebral.

¿Qué es la quiropraxia?

La quiropraxia es una disciplina sanitaria que diagnostica, trata y previene los trastornos del sistema neuromusculoesquelético, principalmente a través de técnicas manuales.

Estas técnicas buscan corregir las subluxaciones vertebrales, que afectan el funcionamiento del sistema nervioso, al realinear las vértebras y restaurar la movilidad.

La columna vertebral está compuesta por 24 vértebras móviles, y cuando una de ellas pierde su posición o movilidad, se genera una subluxación.

Esto puede comprimir los nervios y afectar la movilidad articular, lo que provoca dolores y disfunciones en el cuerpo. Los ajustes quiroprácticos ayudan a corregir estas subluxaciones y restablecer el equilibrio corporal.

Beneficios de la quiropraxia:

• Mejora el movimiento de las vértebras y restaura el flujo adecuado de impulsos nerviosos. • Reduce la dependencia de analgésicos. • Alivia dolores de cabeza, cuello y espalda. • Mejora la función respiratoria. • Disminuye el estrés y equilibra la tensión arterial. • Contribuye a mejorar funciones cognitivas, como la memoria y la atención.

La quiropraxia, que se ha consolidado como una herramienta eficaz para la salud neuromusculoesquelética, continúa siendo una opción valiosa para aquellas personas que buscan alivio sin recurrir a tratamientos invasivos o farmacológicos.