En un giro inesperado para muchos, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunció que el presidente Nicolás Maduro ha ganado la reelección con un 51,20% de los votos, a pesar de las proyecciones y reportes internos que favorecían al opositor Edmundo González Urrutia. Según el CNE, que es percibido como afín al régimen, los resultados, que se dieron a conocer después de cinco horas de espera, muestran una «tendencia contundente e irreversible». González Urrutia, quien recibió el respaldo de la líder opositora María Corina Machado, quedó en segundo lugar con un 44,2% de los votos.

Los datos oficiales indican que Maduro recibió 5.150.092 votos frente a los 4.445.978 de González Urrutia, con una participación ciudadana que alcanzó el 59%. La demora en la entrega del primer reporte, atribuida por el CNE a una presunta «agresión» al sistema, ha alimentado las sospechas de manipulación. La oposición, por su parte, denunció que la transmisión de datos fue interrumpida en momentos críticos, cuando los informes favorecían a su candidato. Estas acusaciones se intensifican en un contexto de alta tensión política.

Este evento electoral, considerado histórico por su potencial de cambio o continuidad en la política venezolana, se ha visto envuelto en controversias. Mientras Maduro se prepara para iniciar su tercer mandato en enero, la oposición y observadores internacionales cuestionan la legitimidad del proceso debido a las irregularidades y demoras en la transmisión de resultados. La situación plantea incertidumbre sobre el futuro político del país y la estabilidad del régimen en los próximos años.