En medio de una crisis por la escasez de carburante, sectores del empresariado y del transporte consideran que eliminar la subvención de combustibles podría ser la solución estructural al problema.

Jean Pierre Antelo, presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), señaló que aunque será una medida dolorosa, es crucial tomar decisiones urgentes para evitar un mayor deterioro económico.

Según Antelo, el subsidio genera un gasto insostenible para el Estado, que debe recurrir a recursos extraordinarios para importar combustible cada vez más caro.

Juan Quispe, presidente de la Central de Transporte Pesado de Cochabamba, afirmó que el sector está acostumbrado a pagar el precio internacional del combustible y que una nivelación en el país no sería un cambio radical para ellos.

Sin embargo, advirtió que la eliminación del subsidio podría desatar un conflicto social significativo.

Gastón Serrano, vicepresidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, enfatizó que se requieren múltiples medidas, incluyendo el levantamiento de la subvención a los carburantes y el ajuste del tipo de cambio del dólar.

Según Serrano, es preferible tener el diésel a un precio más alto que enfrentar largas filas y pérdidas económicas.

Pedro Quispe, dirigente del Sindicato de Choferes Asalariados del Transporte Pesado Nacional e Internacional, sugirió que el Gobierno debería considerar levantar la subvención para abordar la constante escasez de diésel, que afecta negativamente al transporte y la industria.

Lucio Gómez, secretario ejecutivo de la Confederación Sindical de Choferes de Bolivia, fue más cauto y reconoció que la subvención es una carga para el Estado, complicando la situación cuando el combustible escasea y provoca medidas extremas por parte de diferentes sectores.

Además, algunos empresarios proponen participar en la importación de gasolina y diésel para asegurar el abastecimiento en el mercado y permitir a quienes estén dispuestos a pagar un precio no subvencionado acceder al producto.

Sin embargo, enfrentan numerosos obstáculos burocráticos que dificultan la autoimportación de combustibles.

El exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, indicó que permitir la libre importación de combustibles podría ser una solución para dejar de depender de YPFB.