La tarde de este lunes, un grupo de seguidores de Evo Morales irrumpió violentamente en la sede de la Central Obrera Boliviana (COB) en La Paz, causando destrozos y expulsando a los presentes en lo que el dirigente de la COB, Juan Carlos Huarachi, calificó como un "intento de golpe sindical".

Los atacantes, liderados por Humberto Claros y Enrique Mamani, destruyeron equipos de computación y mobiliario, mientras vociferaban amenazas contra Huarachi y el comité ejecutivo de la organización.

El ataque, que ocurrió mientras los líderes de la COB se preparaban para la "Gran Marcha Nacional" convocada para este martes, fue visto como un intento de sabotaje a la movilización, que tiene como objetivo presionar a la Asamblea Legislativa para aprobar créditos y reformas pendientes.

Huarachi, visiblemente afectado, denunció el hecho a la comunidad internacional y aseguró que este tipo de acciones no detendrán la marcha programada."Han destrozado todo, han golpeado a nuestro secretario, han robado y asaltado, es un asalto delincuencial porque ha venido gente encapuchada", afirmó Huarachi en una conferencia de prensa tras los hechos.

El dirigente aseguró que las amenazas contra él y su familia han sido constantes, pero reafirmó su compromiso con las demandas de la COB y su lucha por los derechos de los trabajadores.

La marcha de este martes, que pretende llegar hasta la Asamblea Legislativa, sigue en pie, con el objetivo de lograr la aprobación de 12 proyectos de ley de créditos y la reforma a la Ley de Pensiones, demandas que, según Huarachi, son justas y necesarias para el país.