El reconocido actor y maestro del teatro boliviano, Hugo Pozo, falleció este lunes a los 75 años, dejando un gran vacío en el mundo del arte y la cultura del país. La noticia fue confirmada por su hijo, Guery Pozo, quien expresó su dolor en un emotivo mensaje publicado en Facebook: "Con mi corazón destrozado aviso que mi padre, el maestro Hugo Pozo, acaba de fallecer. Dios se lleva a su lado una leyenda del arte en Bolivia. Descansa en paz, papito lindo".

Hugo Pozo, nacido en 1949 en La Paz, dedicó más de cinco décadas a su pasión por el teatro y el cine. En 1992, fundó la Compañía de Teatro Hugo Pozo Bolivia, donde no solo dirigió y actuó en numerosas obras, sino que también enseñó y formó a nuevos actores. A lo largo de su carrera, escribió y creó más de 300 obras teatrales y participó como protagonista y actor secundario en más de 200 producciones. Sus actuaciones en películas como Chuquiago, Mi Socio, Amargo Mar, El Celibato, American Visa, y ¿Quién mató a la llamita blanca? lo convirtieron en una figura muy querida y respetada.

El alcalde de La Paz, Iván Arias, también lamentó su partida, destacando la importancia de Pozo para el arte nacional. "Con el corazón roto me enteré del deceso de un gran amigo, actor y cineasta destacado. Vuela alto, Hugo Pozo, gracias por siempre llevar en alto el nombre de Bolivia", expresó Arias.

En El Alto, donde el actor también dejó un legado importante, se rindió homenaje a Pozo con la instalación de una capilla ardiente en el Teatro Municipal Raúl Salmón de la Barra. Israel Villa, docente de la Escuela Municipal de Artes (EMDA), recordó la profunda conexión que Pozo tenía con la ciudad: "En este hermoso teatro dio su última función. Fue una persona que amaba profundamente El Alto y siempre buscaba traer aquí sus obras para el público alteño".

La capilla ardiente estará abierta durante todo el día para que familiares, amigos y seguidores puedan darle el último adiós. Hugo Pozo fue un maestro para muchos actores de El Alto y dejó una huella imborrable en la cultura boliviana. A lo largo de su vida, Pozo inspiró a generaciones y fue un símbolo de pasión por el arte, un legado que seguirá vivo en cada escenario que pisó y en cada historia que contó.