Este miércoles, varios aviones de combate israelíes bombardearon edificios en la ciudad costera de Tiro, en el sur de Líbano, provocando grandes nubes de humo negro en el área. La Agencia Nacional de Noticias, la fuente oficial de información en Líbano, reportó que un ataque en la cercana ciudad de Maarakeh dejó tres personas muertas. Afortunadamente, no se registraron víctimas en Tiro, donde el ejército israelí había emitido advertencias de evacuación antes de llevar a cabo los bombardeos.

El ejército israelí informó el martes que uno de sus recientes ataques aéreos resultó en la muerte de Hashem Safieddine, un destacado líder de Hezbollah y clérigo que se consideraba el posible sucesor de Hassan Nasrallah.

Sin embargo los ataques de este miércoles afectaron edificios cercanos a sitios patrimoniales, incluido el hipódromo y varios lugares costeros relacionados con la antigua civilización fenicia y las cruzadas. Antes de los ataques, el ejército israelí advirtió a los residentes que evacuaran docenas de edificios en el centro de Tiro, instándolos a trasladarse al norte del río Awali, a decenas de kilómetros de distancia.

La ciudad de Tiro ubicada a 80 kilómetros al sur de Beirut, con alrededor de 2.500 años de historia es conocida por sus playas vírgenes y su antiguo puerto, destaca por sus impresionantes ruinas romanas, incluido un hipódromo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Gracias a su belleza y patrimonio cultural, Tiro se ha convertido en un importante destino turístico en Líbano.

Desde el inicio del conflicto a finales del año pasado, más de 2.500 personas han perdido la vida en Líbano, según cifras del Ministerio de Sanidad, que no distingue entre civiles y combatientes. Además, más de un millón de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares desde septiembre.

Por otro lado en israelí, los ataques han provocado la muerte de alrededor de 60 personas, la mitad de ellas soldados. El lanzamiento casi diario de cohetes ha llevado al desalojo de comunidades en el norte de Israel, afectando a unas 60,000 personas. En las últimas semanas, Hezbollah ha intensificado sus ataques, lanzando decenas de cohetes diariamente y apuntando con frecuencia a la ciudad de Haifa, en el norte de Israel. Aunque la mayoría de los proyectiles son interceptados o caen en áreas deshabitadas, la tensión en la región continúa en aumento.