El libro de Jeanine Áñez, exmandataria de Bolivia, revela detalles sobre la llegada al poder en 2019 y el papel del padre de Luis Fernando Camacho, líder cívico en ese entonces. Según el relato de Áñez, después de la renuncia de Evo Morales, se encontró con Camacho y otros líderes en la Academia Nacional de Policías, donde se enteró de la partida de Morales a México. Camacho le aseguró que su padre le había dicho que todo iba bien. Áñez asumió la presidencia sin estar informada de acuerdos importantes que se habían discutido en reuniones anteriores. El viaje al poder estuvo respaldado por sectores conservadores y por Camacho.

Áñez llegó a El Alto el 11 de noviembre de 2019 y fue trasladada al Colegio Militar en La Paz. Allí se reunió con Camacho por primera vez ese día. A partir de ese momento, su relación con Camacho se volvió crucial. Después de la confirmación de su sucesión presidencial, Áñez coordinó su viaje con Fernando Roca Landívar, quien actuaba como intermediario entre Camacho y el Comité pro Santa Cruz. Recibió numerosas llamadas y continuó su viaje a la Asamblea Legislativa, donde asumió la presidencia del Estado sin quórum ni presencia de la bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Una vez en el poder, Áñez formó su primer gabinete de manera improvisada y rápida. En este proceso, Camacho y Justiniano jugaron un papel importante en la elección de ministros. Camacho incluso destacó el papel de su padre en la coordinación con los militares para evitar su salida y mencionó que Fernando López, actual ministro de Defensa, fue elegido para cumplir con los compromisos acordados. El gobierno de Áñez fue respaldado por sectores conservadores y por la influencia de Camacho y su padre en la política y las fuerzas de seguridad.