Segundo día consecutivo de paro, los centros de salud y hospitales en todo el país permanecen cerrados, dejando a miles de ciudadanos sin acceso a servicios médicos y generando una creciente preocupación en la población. La medida de fuerza, impulsada por la Federación de Sindicatos de Ramas Médicas de Salud Pública (Fesirme) y por el sector de salud, tiene como objetivo principal expresar su rechazo al controvertido proyecto de ley de jubilación propuesto.

Los médicos y profesionales de la salud salieron a las calles para protestar contra la ley que los "obliga" a jubilarse a los 65 años considerándola perjudicial para sus derechos y condiciones laborales.

El proyecto de ley de jubilación ha sido objeto de intensos debates en los últimos meses, y la falta de consenso ha llevado al sector a tomar medidas drásticas en un esfuerzo por llamar la atención de las autoridades.

La paralización de servicios médicos ha generado una respuesta mixta en la sociedad. Mientras algunos ciudadanos expresan su solidaridad con los profesionales de la salud y su causa, otros se muestran preocupados por la interrupción en la atención médica, especialmente aquellos con citas programadas y necesidades médicas urgentes.