Hoy 10 de mayo, Bolivia conmemora el Día del Periodista Boliviano. Esta fecha, establecida en 1938 durante la presidencia de Germán Busch, no solo honra la labor de quienes ejercen el periodismo como profesión, sino que también reafirma el compromiso con la defensa de la libertad de prensa y la protección de los derechos de aquellos que trabajan incansablemente para mantener informada a la sociedad.

Desde su instauración, este día ha sido un recordatorio constante de la importancia del periodismo en la construcción de una sociedad democrática y transparente. Los periodistas bolivianos desempeñan un papel vital al informar, investigar y analizar los eventos que moldean el presente y el futuro de la nación.

Sin embargo, la situación de la libertad de prensa en América Latina ha sido puesta bajo el microscopio una vez más, y los resultados no son alentadores. En la reciente Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024, presentada por la respetada organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF), se revela un panorama preocupante para la región.

El informe, dado a conocer el 3 de mayo pasado, destaca que más de la mitad de los países en las Américas están experimentando un deterioro en su situación de libertad de prensa. Este preocupante declive se atribuye principalmente a la disminución del indicador político, lo que refleja un entorno cada vez más hostil para el ejercicio del periodismo independiente y crítico.

En el caso específico de Bolivia, el panorama no es menos desalentador. El informe de RSF resalta que la situación de los periodistas en el país andino es precaria, reflejando así una tendencia preocupante que se observa en toda América Latina. Las restricciones, la censura y las amenazas contra los profesionales de la comunicación son una realidad cotidiana, lo que dificulta enormemente su capacidad para informar de manera libre y objetiva.

A pesar de los avances democráticos en la región en las últimas décadas, el ejercicio del periodismo sigue siendo una tarea arriesgada y llena de obstáculos para muchos.

En este contexto, es fundamental que los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y la comunidad internacional redoblen sus esfuerzos para proteger y promover la libertad de prensa en la región. Solo mediante un compromiso colectivo y acciones concretas se podrá garantizar un entorno seguro y propicio para que los periodistas puedan desempeñar su papel vital en la sociedad, sin temor a represalias ni censura.