El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado un incremento significativo en las sanciones contra Rusia, en un intento por aumentar la presión sobre el Kremlin. Estas medidas llegan en medio de tensiones renovadas entre Washington y Moscú, especialmente en relación con el fallecimiento del líder opositor ruso Alexei Navalny y el conflicto en Ucrania.

El anuncio de las 500 nuevas sanciones fue realizado por Biden en un discurso en la Casa Blanca, donde expresó su firme postura contra las acciones de Rusia bajo el liderazgo del presidente Vladimir Putin. Biden afirmó que estas sanciones son una respuesta directa a las provocaciones y acciones desestabilizadoras del Kremlin, así como una manera de hacer justicia por la muerte y destrucción que han provocado en diversos conflictos internacionales.

Entre las personas y entidades sancionadas se incluyen altos funcionarios rusos, empresas vinculadas al gobierno y personas asociadas con el encarcelamiento, persecución y muerte de Alexei Navalny, así como individuos relacionados con actividades cibernéticas y desinformación.

"Putin debe pagar el precio de la muerte y destrucción que provoca en todo el mundo", declaró Biden en su discurso. "Estados Unidos no tolerará las acciones agresivas de Rusia y continuará tomando medidas firmes para defender nuestros valores y nuestros aliados".

“Se asegurarán de que Putin pague un precio aún más alto por su agresión en el extranjero y la represión en casa”, dijo el mandatario demócrata sobre las sanciones.

“Dos años después del inicio de esta guerra, el pueblo de Ucrania sigue luchando con tremendo coraje. Pero se están quedando sin municiones. Ucrania necesita más suministros de Estados Unidos para mantener la línea contra los implacables ataques de Rusia, que son facilitados por armas y municiones de Irán y Corea del Norte”, denunció Biden.