El 5 de abril se erige como una fecha emblemática en Bolivia al conmemorar el Día Nacional del Bombero Voluntario, en la cual se rinde homenaje al sacrificio y dedicación de estos valerosos hombres y mujeres.

La génesis de esta jornada se remonta al fatídico 4 de abril de 1875, cuando un voraz incendio asoló la ciudad de Antofagasta, dejando a su paso una estela de desolación. Ante la magnitud de la tragedia, surgió la urgente necesidad de contar con una fuerza organizada y preparada para afrontar situaciones similares en el futuro.

Fue así como emergieron las dos primeras compañías de bomberos en Bolivia. Estas entidades no solo representaban la respuesta estructurada ante emergencias, sino que encarnaban el espíritu de solidaridad y servicio desinteresado de los voluntarios que se unieron para resguardar a sus comunidades.

Desde entonces, los bomberos voluntarios en Bolivia han sido fundamentales en la protección y seguridad de la población. Su labor va más allá de extinguir incendios; abarca desde el rescate en situaciones de riesgo hasta la educación y prevención en temas de seguridad.