El expresidente Evo Morales reaccionó a las declaraciones del exjefe policial antidroga Maximiliano Dávila, extraditado a Estados Unidos, quien informó que fiscales estadounidenses pretendieron presionarlo para involucrar a Morales en casos de "conspiración" con el narcotráfico. En una entrevista con el programa Fama, Poder y Ganas, Dávila, recluido en New Jersey, afirmó que el Ministerio de Gobierno de Bolivia y la justicia estadounidense le "ofrecieron libertad" si incriminaba falsamente al exmandatario, una propuesta que Dávila rechazó por ir "en contra de mi honor".

Evo Morales reivindicó las declaraciones de Dávila y acusó al anterior gobierno de Luis Arce de intentar amedrentarlo con "juicios, persecución y montajes" políticos. Morales calificó la extradición de Dávila como una "violación abierta a la soberanía política y jurídica de Bolivia". El exmandatario afirmó que Dávila "reafirmó que nunca recibió orden, instrucción ni insinuación alguna para cometer delitos durante nuestra gestión", usando estas palabras como prueba del fracaso en el intento de extraditarlo y presentarlo como un "trofeo".

Maximiliano Dávila, acusado en Estados Unidos de delitos de conspiración para portar armas de fuego y tráfico de drogas, fue una figura clave en el gobierno de Morales. Dávila fue nombrado director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) en 2018, ejerciendo el cargo hasta el 21 de noviembre de 2019, meses después de la salida de Morales del poder. Su extradición a Estados Unidos en diciembre de 2024 fue un punto de inflexión que ahora es utilizado por el expresidente para denunciar un intento de manipulación por parte de autoridades bolivianas y estadounidenses.

El expresidente concluyó su reacción afirmando que "fracasaron" en su intento de incriminarlo y que "la verdad se impone en el tiempo" mientras que "la mentira se desploma sola". Morales insistió en que no pudieron "extraditarnos, detenernos ni matarnos" para obtener el trofeo político que buscaban. Las declaraciones de Dávila en la cárcel de New Jersey han reavivado el debate sobre la supuesta persecución política contra el exmandatario y su entorno, tensando aún más la relación entre el MAS y la nueva administración.