Durante un congreso, el expresidente Evo Morales lanzó duras críticas contra el actual Gobierno y su manejo de la economía, al afirmar que no existe un plan nacional para enfrentar el déficit fiscal que atraviesa el país. En su intervención, cuestionó directamente la eliminación de la subvención a los combustibles y aseguró que esta medida no resolverá los problemas sociales ni económicos de la población.

Morales sostuvo que el Estado requiere entre 300 y 350 millones de dólares mensuales y que, a su criterio, el Gobierno intenta cubrir el déficit trasladando el costo a la población mediante el retiro de subvenciones. “Eso no va a resolver la situación económica ni social del pueblo boliviano”, afirmó, al remarcar que la estabilidad económica es clave para garantizar la seguridad social, política y la “felicidad del pueblo”.

El exmandatario también criticó la dependencia de créditos externos y comparó el escenario actual con el inicio de su gestión. Señaló que, tras ganar las elecciones en 2005, no recurrió a organismos financieros internacionales para solicitar préstamos, sino que —según dijo— Bolivia fue invitada a establecer relaciones con países de Europa, Asia y África.

En ese contexto, Morales defendió la política de austeridad aplicada durante su gobierno y cuestionó a los economistas del oficialismo. “Que vengan economistas de Lucho o de Rodrigo Paz, pues quiero debatir económicamente”, expresó, al asegurar que puede demostrar cómo, según su versión, se levantó la economía en su gestión sin recurrir a “regalitos” ni ayudas externas, sino compartiendo las dificultades de los sectores más pobres.