El diseñador italiano marcó la moda mundial con elegancia atemporal y un enfoque ético del lujo.

Giorgio Armani, símbolo universal del lujo discreto y la elegancia sobria, falleció en 2025 a los 91 años, dejando un vacío en la industria de la moda y un legado que trasciende las pasarelas. Desde sus inicios en Milán, pasando por su trabajo en La Rinascente y la firma Hitman, hasta la creación de su propia casa de moda en 1975 junto a Sergio Galeotti, Armani redefinió la sastrería masculina y liberó a la mujer de la rigidez del corsé, imponiendo un estilo atemporal y minimalista que aún inspira a diseñadores y celebridades.

El diseñador consolidó su imperio global con marcas hermanas como Emporio Armani y A|X Armani Exchange, además de incursiones en fragancias, cosmética, mobiliario, hotelería y restauración. Su estilo sobrio y coherente le permitió convertirse en un referente mundial, reconocido con la Legion d’Honneur en Francia y admirado en los cinco continentes. Armani siempre enfatizó que la verdadera riqueza se mide en coherencia y no en cifras: “La elegancia no consiste en hacerse notar, sino en hacerse recordar”.

A pesar de su éxito, su carrera atravesó desafíos. En 2024, GA Operations, brazo productivo de Armani, fue sancionado con 3,5 millones de euros por prácticas laborales irregulares en talleres subcontratados. Armani asumió responsabilidad y reforzó los controles en su cadena de suministro, reafirmando su compromiso ético.

Su legado abarca siete pilares que definen su influencia: la sobriedad como forma de poder; la coherencia como estrategia; el valor de la independencia; el lujo redefinido como comodidad; el silencio como voz; la ética del dinero; y la atemporalidad como visión. Estos principios se reflejan tanto en sus creaciones como en su estilo de liderazgo y vida personal.

Además, Armani dejó un compromiso tangible con la sociedad a través de la Giorgio Armani Foundation, proyectos solidarios como Acqua for Life y Product Red, y apoyo durante la pandemia de Covid‑19 con producción de batas médicas y donaciones a hospitales italianos.

En lo personal, Armani nunca se casó ni tuvo hijos. Su relación más significativa fue con su socio y compañero Sergio Galeotti hasta su fallecimiento en 1985, y en años recientes compartió su vida y negocio con Leo Dell’Orco. Su vida combina la discreción con la excelencia profesional, dejando una huella imborrable en el mundo de la moda y el liderazgo empresarial.