El Gobierno de Italia está evaluando modificar de raíz el modelo de distribución de los derechos televisivos del fútbol profesional. Entre las medidas que se analizan figura la derogación de la llamada 'Ley Melandri', vigente desde 2009, con el objetivo de rediseñar el sistema de comercialización de los derechos audiovisuales y mejorar la salud financiera del fútbol nacional, que ha acumulado pérdidas superiores a los 3.400 millones de euros desde 2018.

La propuesta, impulsada por el Consejo de Ministros, plantea aumentar a más del 50% el reparto equitativo de los ingresos entre los clubes, una iniciativa que ha generado el rechazo inmediato de la Serie A. Actualmente, la normativa divide los ingresos de la siguiente manera: 50% a partes iguales, 28% según méritos deportivos y 22% en base al arraigo social.

Además, el nuevo plan permitiría la venta de derechos a un único operador si el contrato es inferior a tres años, eliminando la prohibición de concentración actualmente vigente. Para contratos superiores a ese plazo, la Autoridad Reguladora de las Comunicaciones deberá autorizar previamente los acuerdos, buscando garantizar la competencia y atraer mayor inversión.

Pese a estas intenciones, los clubes han manifestado su disconformidad. “Nos enteramos por la prensa”, reclamaron fuentes de la Serie A, añadiendo que ya contribuyen al financiamiento del fútbol base con un 10% de los ingresos televisivos.

Actualmente, Sky y DAZN pagan 900 millones de euros al año por los derechos domésticos, mientras que los derechos internacionales suman 200 millones adicionales, totalizando 1.100 millones por temporada. La Serie A queda así por detrás de la Premier League, LaLiga y la Bundesliga en ingresos audiovisuales. El Gobierno también quiere impulsar la renovación y construcción de estadios para elevar los ingresos estructurales de los clubes italianos.