El gobierno de Israel ordenó a su ejército elaborar un plan para permitir la salida voluntaria de los habitantes de la Franja de Gaza, respaldando la idea del expresidente estadounidense Donald Trump de trasladar a la población del enclave palestino.

La medida ha generado reacciones encontradas en la comunidad internacional, con advertencias sobre un posible desplazamiento forzado.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, celebró la propuesta de Trump y afirmó que el plan incluirá opciones de salida terrestre, marítima y aérea para cualquier gazatí que desee abandonar el territorio.

Sin embargo, actualmente los habitantes de Gaza enfrentan restricciones severas de movilidad debido al asedio israelí y a la devastación causada por el conflicto iniciado en octubre de 2023.

En medio de la tregua vigente desde el 19 de enero, que permitió la liberación de rehenes y un aumento en la ayuda humanitaria, las declaraciones de Trump y Netanyahu han despertado críticas de diversos actores internacionales.

El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió contra cualquier forma de limpieza étnica y reafirmó el derecho de los palestinos a permanecer en su tierra.

Por su parte, Hamás condenó la propuesta como una postura racista alineada con la extrema derecha israelí, mientras que países como Egipto, Jordania, Arabia Saudita y la Unión Europea también rechazaron la idea de un desplazamiento forzado.

Muchos habitantes de Gaza, a pesar de la destrucción masiva, han expresado su negativa a abandonar su hogar.

El conflicto ha cobrado un alto costo humano, con más de 47.500 palestinos fallecidos debido a la ofensiva israelí, mientras que el ataque inicial de Hamás dejó 1.210 muertos en Israel. Las negociaciones, mediadas por Catar, Egipto y EE.UU., continúan en busca de una solución definitiva.