El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ingresó al Hospital Sirio-Libanés de Brasilia el viernes pasado y se sometió a una exitosa cirugía de cadera, donde se le implantó una prótesis de titanio para tratar problemas causados por la artrosis. Además de la operación en la cadera, Lula aprovechó la anestesia general para someterse a una cirugía plástica en los párpados, conocida como blefaroplastia, para eliminar el exceso de piel alrededor de los ojos. Según los médicos, el mandatario pasó la noche de manera estable, caminó por la mañana y comenzó la fisioterapia. Aunque no se ha anunciado una fecha de alta, se espera que permanezca en el hospital hasta al menos el martes.

El presidente, quien cumplirá 78 años en octubre, había estado experimentando dolor persistente en la cadera que le dificultaba la movilización desde la campaña electoral de 2022, en la que resultó electo para un tercer mandato. El equipo médico a cargo de la cirugía informó que Lula se recuperará en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia en Brasilia, durante un período estimado de "tres a cuatro semanas". Durante este tiempo, podrá continuar con sus responsabilidades presidenciales, aunque con algunas restricciones de movilidad que requerirán el uso de un andador en los primeros días.

Una vez completamente recuperado, Lula tiene previsto retomar su agenda internacional, incluyendo su asistencia a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28) en Emiratos Árabes Unidos, programada para principios de noviembre. A pesar de su tratamiento médico en curso, no se anticipa que el presidente brasileño tenga que delegar sus responsabilidades al vicepresidente Geraldo Alckmin.