A pesar de un acuerdo político en el Legislativo para encaminar las elecciones judiciales, persisten ocho puntos de bloqueo con 1.500 manifestantes en la ruta que conecta Cochabamba con Oruro y La Paz, generando pérdidas económicas estimadas en $us 1.000 millones, equivalentes al 2% del Producto Interno Bruto (PIB).

El ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, y el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, realizaron un análisis del impacto de los bloqueos que han afectado principalmente el departamento de Cochabamba.

Molina expresó su preocupación por el impacto económico de $us 1.000 millones, señalando que las acciones, impulsadas por intereses políticos de prorroguismo, buscan desestabilizar la economía y el Estado democrático. Por su parte, Ríos lamentó la persistencia de los bloqueos a pesar del acuerdo político del viernes y acusó a Evo Morales de asumir un papel de víctima, responsabilizando al movimiento campesino y tratando de satisfacer sus "apetitos personales".

El bloqueo afectó la producción de la planta de Urea y Amoniaco en el Chapare, con pérdidas de alrededor de un millón de dólares y poniendo en riesgo la paralización de la planta. Según Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, la pérdida del 2% del PIB boliviano en 14 días de bloqueo representa un golpe significativo para la economía del país.

La interrupción de las vías también afectó la logística de provisión de combustibles, generando largas filas de vehículos a la espera de aprovisionarse, especialmente de gasolina, en La Paz y El Alto. El bloqueo de vías, encabezado por afines al ala evista del MAS desde el 22 de enero, ha generado tensiones y acusaciones entre el Gobierno y el expresidente Evo Morales, quien niega ser el responsable directo de las protestas, culpando a los sectores sociales.