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Rusia militariza su sistema educativo: niños desde preescolar reciben instrucción bélica y adoctrinamiento patriótico

Rusia militariza su sistema educativo: niños desde preescolar reciben instrucción bélica y adoctrinamiento patriótico

14 de Noviembre de 2025 04:04 pm

El gobierno de Vladimir Putin ha profundizado la transformación militar y patriótica del sistema educativo ruso, incorporando clases de defensa, disciplina castrense e historia bélica en todos los niveles escolares. Analistas coinciden en que se trata de un proceso de adoctrinamiento acelerado que busca formar una generación leal, disciplinada y preparada para futuros conflictos, en medio de la prolongada guerra en Ucrania.

La militarización se evidencia incluso en los grados más bajos. En la región de Kursk, fronteriza con Ucrania, alumnos de primer grado —niños de entre seis y ocho años— fueron inspeccionados por un veterano del frente ucraniano, quien revisó sus uniformes y les ordenó: “¡Revisen su vestimenta! Las hebillas deben mirar al frente”, según reportó The Wall Street Journal. Tras la instrucción, los pequeños regresaron a su clase de lengua rusa como si se tratara de una rutina escolar normal.

Escenas como esta se han multiplicado en la televisión estatal rusa, donde la presencia militar en las aulas se presenta como parte natural de la educación. Desde la anexión de Crimea en 2014 y especialmente después de la invasión a gran escala de Ucrania en 2022, el Kremlin ha intensificado la integración del entrenamiento militar en el currículo. El presupuesto destinado a estos programas se ha disparado y hoy se concentra con mayor fuerza en los cursos iniciales.

A partir de octavo grado, la instrucción con armas —antes extracurricular— se ha vuelto obligatoria. Los estudiantes aprenden a ensamblar fusiles Kaláshnikov, operar drones, manejar armamento ligero y recibir formación en disciplina castrense. La “Juventud Armada”, organización adscrita al Ministerio de Defensa, cuenta oficialmente con 1,85 millones de miembros entre los ocho y los dieciocho años.

Paralelamente, el gobierno distribuye nuevos libros de historia que presentan a Occidente como enemigo de Rusia y describen a Ucrania como un Estado títere. Manuales para grados superiores aseguran, sin evidencia, que Estados Unidos instaló laboratorios biológicos secretos en Ucrania y que Kiev pretendía desarrollar armas nucleares para atacar a Rusia con apoyo de la OTAN.

La politóloga Ekaterina Schulmann advirtió al WSJ: “Si tomas a niños en edad escolar y los adoctrinas adecuadamente, se convertirán en soldados más baratos y eficientes para cualquier guerra que planees en el futuro”.

El propio Putin ha alentado a los militares a incorporarse como docentes. En diciembre de 2023 afirmó: “Las guerras no las ganan los generales, sino los maestros”. Desde entonces, un programa estatal agiliza la contratación de soldados como profesores para impartir instrucción en armas y tácticas básicas.

La “educación patriótica” —que incluye manejo de armamento, operación de drones y ejercicios de guerra— pasó de recibir 3.500 millones de rublos en 2021 a más de 50.000 millones en 2024. Este año, el Estado destinó recursos adicionales para equipar 23.000 escuelas con réplicas de Kaláshnikov, granadas inertes y kits de drones.

El nuevo currículo también se aplica en zonas de Ucrania ocupadas por Rusia, donde autoridades han confiscado libros en ucraniano y modificado el programa escolar para eliminar referencias a la identidad y la historia nacional ucraniana. Padres que conectan a sus hijos a clases virtuales de escuelas en territorio ucraniano enfrentan el riesgo de arresto.

Fuera del aula, figuras públicas como el presentador Vladimir Solovyov promueven la narrativa del sacrificio permanente. En una reciente conferencia declaró ante jóvenes: “El hombre no está hecho para la paz, sino para la guerra, y los rusos, para la victoria”.

En miles de escuelas se honra a soldados caídos en Ucrania con “escritorios de héroe”: pupitres decorados con banderas y retratos de exalumnos muertos en combate. Algunos niños que perdieron a sus padres en la guerra marchan a clases tomados de la mano por soldados activos.

Si bien muchos padres apoyan esta reforma, otros educadores y especialistas advierten las consecuencias. El pedagogo Dima Zicer, exiliado, señaló: “Cuando a un niño se le entrega un fusil y se le dice que en Ucrania viven enemigos que quieren destruirnos, no tiene la capacidad de pensar críticamente y decir: ‘No es así’”.

La integración de la ética militar en el corazón de la educación civil abre un debate sobre el futuro de una generación moldeada, desde la infancia, bajo la lógica de la guerra, el patriotismo extremo y la obediencia absoluta al Estado.

14 de Noviembre de 2025 04:04 pm


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