La dirigencia del transporte urbano de Santa Cruz se ha declarado en emergencia debido a la grave escasez de combustible en los surtidores. Según el dirigente Segundo Ricaldi, solo un 40% de las unidades de micro está en operación, ya que el resto de los transportistas se ven obligados a pasar largas horas en las interminables filas de las estaciones de servicio, afectando a la población.

Ricaldi señaló que el problema se agravó tras las declaraciones del presidente de YPFB, Armin Dorgathen, quien anunció que el suministro de combustible solo cubrirá entre el 70% y 80% de la demanda. El dirigente del transporte expresó su duda de que el Gobierno garantice la provisión, afirmando que las declaraciones de las autoridades no generan ninguna tranquilidad a la población, dado que en los últimos dos años han enfrentado la misma situación de desabastecimiento.

El representante del transporte urbano expresó su desesperación, ya que su sector depende enteramente del diésel para operar. Ante la coyuntura y la crisis económica, la dirigencia anunció una reunión de emergencia para definir medidas de presión y exigir a las autoridades soluciones inmediatas. La situación ha generado preocupación y pánico entre los transportistas y la población.

Mientras tanto, YPFB ha informado que se espera que el abastecimiento de combustible se regularice la próxima semana, una vez que el Ministerio de Economía confirme el acceso a las divisas necesarias para la importación. Sin embargo, para los transportistas de Santa Cruz, esta promesa no es suficiente, ya que temen que la situación persista y afecte aún más sus actividades diarias.