Bolivia vive este domingo, 19 de octubre, una jornada electoral sin precedentes. Por primera vez en la historia democrática del país, se lleva a cabo una segunda vuelta o balotaje nacional para definir al nuevo presidente y vicepresidente del Estado.

Los bolivianos deberán elegir entre Rodrigo Paz y Edmand Lara, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y el binomio Jorge “Tuto” Quiroga y Juan Pablo Velasco, de la Alianza Libre, las dos fuerzas políticas más votadas en la primera vuelta del pasado 17 de agosto.

De acuerdo con la Constitución Política del Estado y la Ley del Régimen Electoral, será proclamada la candidatura que obtenga más del 50% de los votos válidos o al menos el 40% con una ventaja mínima del 10% sobre la segunda más votada.

Al no haberse cumplido estas condiciones en la primera vuelta, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) convocó a este balotaje que se desarrolla en un contexto marcado por la crisis económica que atraviesa el país.

Según el padrón electoral consolidado, 7.937.138 ciudadanos están habilitados para emitir su voto, de los cuales 369.931 residen en el exterior.

En total, los comicios se realizan en 22 países, y debido a la diferencia horaria, los bolivianos en Japón fueron los primeros en sufragar, iniciando la votación la noche del sábado (hora boliviana).

La jornada cuenta con la presencia de observadores nacionales e internacionales, entre ellos delegaciones de la Unión Europea (UE), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal).

La OEA exhortó a los candidatos y actores políticos a mantener la calma y la prudencia hasta conocer los resultados oficiales, mientras que la UE y la Copppal pidieron que los resultados sean respetados y reconocidos por todas las partes.

Con esta inédita segunda vuelta, Bolivia marca el inicio de un nuevo capítulo democrático, en el que 7,9 millones de bolivianos decidirán el rumbo político y económico del país para el periodo 2025–2030.