El Banco Central de Bolivia (BCB) ha dado un paso firme hacia la innovación financiera con la presentación de su primer informe sobre el "Boliviano Digital", que marca el inicio del proceso para la posible emisión de una Moneda Digital de Banco Central (CBDC). Esta iniciativa se enfocará inicialmente en el sector mayorista, buscando fortalecer la infraestructura tecnológica del sistema financiero boliviano. El objetivo central es incorporar mecanismos modernos de pago y compensación digital, cumpliendo con altos estándares de seguridad y control institucional a través de un desarrollo progresivo proyectado hasta 2026.

El BCB ha diseñado una "ruta crítica" para el Boliviano Digital que enfatiza un proceso estructurado y gradual para minimizar riesgos y garantizar la transparencia. Este camino inició con la Resolución de Directorio 082/2024, que habilitó el uso de canales electrónicos para activos virtuales. Actualmente, el BCB está coordinando con instituciones públicas, entidades financieras y proveedores tecnológicos para definir los principios de diseño y un esquema de gobernanza colaborativa, lo cual incluirá la realización de análisis especializados y pruebas piloto en entornos controlados.

Como parte de las siguientes etapas, el ente emisor profundizará la investigación mediante una encuesta dirigida a los potenciales participantes del ecosistema financiero digital, buscando entender sus necesidades y percepciones. Con base en los resultados, se elaborará un segundo informe de evaluación que será crucial para los ajustes estratégicos antes de la fase de pruebas. La etapa final de este proceso contempla el desarrollo de prototipos funcionales que simularán operaciones de emisión, liquidación y compensación de activos digitales entre entidades reguladas para verificar la seguridad.

El BCB subrayó que este proyecto se inspira en los avances de otros países de la región como Brasil, México, Colombia y Chile, que ya iniciaron sus propios proyectos de monedas digitales. El Boliviano Digital busca, además de modernizar los medios de pago, reforzar la soberanía monetaria del país, ampliar la inclusión financiera y preparar al sistema económico boliviano para los desafíos tecnológicos de la próxima década. La iniciativa se posiciona como una estrategia a largo plazo para mejorar la eficiencia en los pagos interbancarios y promover la innovación.