Un tribunal chino sentenció este domingo a muerte, con aplazamiento condicional de dos años, al exministro de Agricultura Tang Renjian, acusado de recibir sobornos por 38 millones de dólares entre 2007 y 2024. La condena es parte de la amplia campaña anticorrupción impulsada por el presidente Xi Jinping, que ha purgado a cientos de miles de funcionarios, incluidos varios que él mismo nombró.

El tribunal popular de Changchun, en la provincia de Jilin, indicó que los sobornos aceptados por Tang “causaron pérdidas muy graves para los intereses del Estado y del pueblo”, justificando la pena capital. Tang, de 63 años, ejerció como ministro de Agricultura entre 2020 y 2024, y previamente fue gobernador de Gansu y vicepresidente de Guangxi. Según el tribunal, el exfuncionario confesó los hechos y mostró arrepentimiento.

En China, la condena a muerte con suspensión condicional suele convertirse en cadena perpetua si el condenado mantiene buena conducta durante el período de prueba. La caída de Tang se suma a investigaciones por corrupción que afectaron a exministros de Defensa como Li Shangfu y Wei Fenghe, así como a decenas de oficiales del Ejército Popular de Liberación y del complejo militar-industrial desde 2023.

Según estadísticas oficiales, en 2024 el Partido Comunista disciplinó a 889.000 miembros, incluyendo 73 de nivel provincial o ministerial, y alrededor del 10% del Comité Central ha sido purgado o marginado desde finales de 2022. Analistas internacionales señalan que las purgas buscan centralizar aún más el poder de Xi y comparan la situación con campañas históricas de líderes autoritarios como Stalin y Mao Zedong.

La condena de Tang refleja la continuidad de la estrategia de Xi, incluso hacia funcionarios que él mismo promovió, generando debates sobre la combinación de lucha anticorrupción, consolidación política y control absoluto dentro del Partido Comunista chino.