Claudia Sheinbaum asumió la presidencia de México, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar este cargo en la historia del país.

Durante su discurso, prometió continuar el legado de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, destacando la importancia del "humanismo mexicano" como eje central de su gobierno.

Sheinbaum recibió la banda presidencial de manos de la presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, y destacó la relevancia de López Obrador, calificándolo como el "mejor presidente de México".

En su intervención, la nueva mandataria subrayó los logros del sexenio anterior, como la salida de 9.5 millones de personas de la pobreza y la reducción de desigualdades.

Con aplausos y vítores, Sheinbaum prometió garantizar las libertades fundamentales como la de expresión, prensa y reunión, reafirmando su compromiso con los Derechos Humanos y descartando cualquier uso de la fuerza del Estado contra el pueblo.

En cuanto a la política internacional, reiteró que México mantendrá su postura de no intervención y la solución pacífica de conflictos, respetando la autodeterminación de los pueblos.

Claudia Sheinbaum se dirigirá a sus simpatizantes en el Zócalo, donde continuará su primer día como presidenta.