La reducción del fuego iraní se atribuye a pérdidas estratégicas y a un cambio en la táctica de Teherán para sostener un conflicto prolongado.

El volumen de misiles lanzados desde Irán hacia territorio israelí ha disminuido de forma significativa, alcanzando su nivel más bajo desde el inicio del conflicto bélico. Esta baja en la ofensiva coincide con las declaraciones del portavoz militar israelí Effie Defrin, quien informó que las fuerzas armadas de su país han destruido más de 120 lanzadores de misiles superficie-superficie, lo que representa alrededor de un tercio del arsenal iraní.

De acuerdo con un reporte de The New York Times, durante la noche del lunes al martes, menos de 30 misiles cruzaron el espacio aéreo israelí, en contraste con las primeras jornadas del enfrentamiento, cuando Irán llegó a lanzar cerca de 100 misiles por noche. En la mañana del martes, según el portavoz Nadav Shoshani, la ofensiva se limitó a una salva con apenas unos pocos proyectiles.

Este cambio podría responder tanto a una pérdida de recursos como a una modificación en la estrategia iraní. Raz Zimmt, experto del Institute for National Security Studies, aseguró que “Irán no puede mantener el ritmo de cientos de misiles por noche durante mucho tiempo. Pero si lo distribuyen, pueden arrastrar a Israel a una guerra de desgaste”.

Desde el estallido de la crisis el pasado viernes, más de 35 misiles impactaron en instalaciones militares israelíes, zonas residenciales, una refinería y una universidad de investigación. Según la Oficina del Primer Ministro, estos ataques dejaron al menos 24 fallecidos, cientos de heridos y más de 2.000 personas sin hogar. A pesar de la alta tasa de intercepción de los sistemas defensivos israelíes, algunos proyectiles han logrado alcanzar sus objetivos.

A largo plazo, expertos advierten que la capacidad ofensiva de Irán podría seguir debilitándose debido a la destrucción de su infraestructura de lanzamiento. Sin embargo, no se descarta que el régimen iraní opte por prolongar el conflicto mediante ataques de baja intensidad. Las fuerzas armadas iraníes, aunque numerosas en personal, enfrentan limitaciones logísticas y tecnológicas, especialmente en su fuerza aérea. Además, sus aliados tradicionales como Hezbollah y Hamas se encuentran actualmente debilitados.

Mientras tanto, Israel permanece en alerta, consciente de que, aunque el número de misiles ha disminuido, la amenaza no ha desaparecido.