La expresidenta Jeanine Áñez reivindicó este miércoles los seis años de su asunción a la Presidencia del Estado, ocurrida el 12 de noviembre de 2019, tras la renuncia de Evo Morales. Áñez escribió que asumió el cargo en consideración del "estado de necesidad" y la "activación de la sucesión constitucional", luego de que las elecciones de 2019 fueran anuladas por fraude. La exmandataria sostuvo que su decisión fue para "garantizar la continuidad democrática" y la convocatoria a nuevos comicios.

A pesar de la persecución política que la privó de libertad durante casi cinco años, Áñez fue enfática al afirmar: "No me arrepiento y volvería a aceptarla". Su mensaje cobra fuerza tras su liberación el pasado 5 de noviembre, luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anulara su sentencia en el caso Golpe de Estado II. El TSJ, con su sentencia absolutoria, respaldó la tesis de que la sucesión se desarrolló por una "necesidad constitucional" ante el vacío de poder.

El fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) no solo anuló la condena contra Áñez sino que ratificó que los actos de sucesión de 2019 no constituyeron delito. El TSJ consideró que las acciones respondieron a una necesidad de preservar el orden democrático y "evitar un caos mayor" al que sufría el país tras la crisis. Además, el Tribunal ratificó que el proceso legal contra la exmandataria debió tramitarse mediante un juicio de responsabilidades y no en la vía penal ordinaria.

En su comunicado, Áñez expresó su esperanza y mejores augurios en el nuevo gobierno del presidente Rodrigo Paz, elegido en octubre de 2025. La exmandataria confía en que el gobierno conduzca a Bolivia por el "camino de la reconciliación, la libertad, la justicia y la transparencia". Áñez, que estuvo privada de libertad hasta hace pocos días, clama por dejar atrás los enfrentamientos políticos y reconstruir un Estado desburocratizado y al servicio de todos los bolivianos.