Durante la cobertura del Mundial de Clubes en Miami, el actor argentino vivió un momento inolvidable con Messi y reveló detalles de una relación marcada por violencia y conflictos familiares.

El actor y conductor argentino Julián Gil vivió una experiencia inolvidable durante la cobertura especial de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA para el programa La Jugada del Verano TUDN de TelevisaUnivision. El encuentro tuvo lugar en el Hard Rock Stadium de Miami, previo al partido entre el Inter de Miami y el Palmeiras, donde Gil conoció personalmente a Lionel Messi, quien accedió amablemente a firmarle el brazo.

Como símbolo de admiración profunda hacia el capitán de la selección argentina, Gil decidió tatuarse la firma de Messi en el mismo lugar donde fue escrita. “Este no fue solo un autógrafo, fue un símbolo de lo que representa Messi en mi vida. Para los que amamos el fútbol y crecimos viendo su magia, es como tatuarse un pedazo de historia”, expresó el conductor visiblemente emocionado.

Reconocido por su pasión por el fútbol, Julián Gil seguirá en Miami como parte de la cobertura del evento deportivo, con entrevistas exclusivas, transmisiones y contenido detrás de cámaras para los fanáticos del fútbol en el continente.

Pero mientras disfruta uno de los momentos más memorables de su carrera, el actor también ha hecho revelaciones personales importantes. En el programa Secretos de Parejas de Canela TV, Gil habló abiertamente sobre la conflictiva relación que mantuvo con la actriz venezolana Marjorie de Sousa, madre de su hijo Matías.

En una entrevista con Infobae México, denunció un episodio de violencia doméstica ocurrido en 2011, señalando que fue agredido físicamente durante una pelea en Miami. “Me pegó, me agarró, me tiró toda la ropa por la ventana, me rompió la camiseta”, relató. Gil lamentó que, por ser hombre, su denuncia no haya sido tomada con la misma seriedad. “Cuando se le maltrata al hombre también hay que escucharlo”, sostuvo.

El actor señaló que la relación careció de una base sólida de amor y se complicó aún más con la llegada de la madre de De Sousa a convivir con ellos, quien —según su testimonio— tenía problemas de alcoholismo. Gil, afectado por una infancia marcada por esta misma problemática, propuso vivir por separado, pero su sugerencia fue rechazada.

A pesar del éxito profesional, Julián Gil no oculta las heridas emocionales del pasado. Su testimonio busca visibilizar que la violencia doméstica también puede afectar a los hombres, una realidad que, según él, aún enfrenta prejuicios.

Entre emociones intensas en lo personal y lo profesional, Julián Gil demuestra que los sueños —como conocer a Messi se pueden cumplir, mientras que las verdades difíciles también deben salir a la luz.