El juez cautelar que atendió el caso del padre del estudiante de 12 años, que ingresó a su colegio con un arma de fuego, determinó medidas sustitutivas a la detención preventiva, entre ellas arraigo, la obligación de presentarse cada 15 días y la prohibición de portar armas. Además, dispuso que tanto el progenitor como el menor reciban orientación psicológica.

La fiscal asignada a la investigación, Delmy Guzmán, informó que la autoridad judicial valoró los elementos presentados y optó por imponer medidas cautelares contra el padre del menor.

“El señor juez estableció que el imputado debe presentarse cada 15 días, mantener arraigo, asistir a una orientación psicológica junto a su hijo y tiene estrictamente prohibido portar armas de fuego”, explicó Guzmán tras la audiencia.

Durante la audiencia cautelar, el padre del menor manifestó que el arma encontrada en su domicilio era antigua y de uso civil, adquirida tiempo atrás como herencia familiar. Aseguró que no estaba en condiciones de uso y que nunca tuvo intención de poner en riesgo a nadie.

“Él refirió que, supuestamente, se trataba de un arma sin percusión, guardada en una chauchera desde hace años. Dijo que no podía causar daño, pero será un perito del Instituto de Investigaciones Técnico Científicas (IITCUP) quien determine si realmente está en condiciones de funcionar”, aclaró la fiscal.

El procesado también pidió disculpas por lo ocurrido, reconociendo la negligencia de haber permitido que el arma estuviera al alcance de su hijo.

La pistola fue secuestrada por la Policía como evidencia y será sometida a peritajes técnicos para determinar su operatividad. Mientras tanto, el estudiante continúa suspendido temporalmente de su unidad educativa, a la espera de una decisión definitiva de las autoridades educativas y de los padres de familia