Después de vivir más de tres décadas en Estados Unidos sin un estatus migratorio legal, una mujer latina tomó la difícil decisión de autodeportarse a México para evitar ser detenida en las crecientes redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

Acompañada por sus hijas, la madre dejó atrás a su esposo, tres hijos y nietos para regresar a su lugar de origen tras sentir que la situación migratoria en Estados Unidos se volvió insostenible.

La familia había discutido la opción de la autodeportación desde que el ambiente político y las políticas migratorias se endurecieron. La intensificación de las redadas en ciudades como Los Ángeles aceleró la decisión. Durante el emotivo viaje, la familia enfrentó momentos difíciles, incluyendo un olvido de pasaportes que les permitió compartir una última comida antes de la despedida.

El esposo de la mujer planea permanecer unos meses más en Estados Unidos antes de considerar reunirse con su esposa en México, aunque la situación podría adelantarse debido al aumento de las redadas. A pesar de la tristeza por la separación, la familia sostiene que esta medida es lo mejor para proteger a la madre y evitar una deportación forzosa.

Al llegar a su pueblo natal, la mujer fue recibida con cariño por familiares y amigos, y pudo reencontrarse con su madre después de muchos años. La familia quiere transmitir un mensaje de esperanza y dejar claro que esta decisión no busca promover las autodeportaciones, sino mostrar que regresar no significa el fin, sino una oportunidad de descanso y recuperación tras años de trabajo y sacrificio.

Esta historia refleja las dificultades y temores que enfrentan muchas familias inmigrantes que viven bajo la amenaza constante de las políticas migratorias restrictivas y las redadas en Estados Unidos.