Las tensiones entre Estados Unidos y Rusia volvieron a escalar esta semana tras el despliegue de dos submarinos nucleares por parte del presidente estadounidense Donald Trump. La medida fue anunciada como respuesta a recientes declaraciones del exmandatario ruso Dmitri Medvedev, que generaron preocupación en Washington por su tono amenazante.

Desde Moscú, la reacción llegó a través del portavoz presidencial Dmitri Peskov, quien expresó un llamado a la prudencia: “En una guerra nuclear no hay vencedores”, afirmó, destacando la necesidad de cautela ante discursos relacionados con armamento nuclear. Peskov también subrayó que todas las partes deben ser responsables en sus declaraciones y evitar alimentar una escalada innecesaria.

El presidente Trump explicó su decisión como una acción preventiva frente a lo que considera “declaraciones insensatas” por parte de Medvedev. El mandatario indicó que, aunque espera que estas palabras no pasen a mayores, su gobierno no puede darse el lujo de ignorarlas. No se ha especificado si los submarinos desplegados están armados con misiles nucleares o simplemente propulsados por energía nuclear, ni tampoco sus ubicaciones exactas, información que se mantiene bajo estricta reserva por motivos de seguridad nacional.

En paralelo al cruce verbal, el Kremlin mantiene abierta la puerta al diálogo. Peskov confirmó que Moscú recibirá al enviado especial estadounidense para Medio Oriente, Steve Witkoff, quien llegará esta semana. Según el funcionario ruso, existe la posibilidad de una reunión con el presidente Vladimir Putin.

La visita de Witkoff fue calificada como “importante y útil” por Moscú, al tiempo que se reafirmó el compromiso de Rusia con una solución política y diplomática al conflicto en Ucrania. El Kremlin también valoró los esfuerzos de mediación de Estados Unidos, señalando que se mantiene un canal abierto para intentar frenar la crisis.

Este nuevo episodio se desarrolla en un contexto de frustración creciente en Washington, ante la continuidad de los ataques rusos sobre territorio ucraniano en las últimas semanas.