La rápida progresión de las fuerzas rusas ha comprometido la recién establecida línea defensiva de Ucrania tras su retirada de la estratégica ciudad de Avdiivka. Este desarrollo suscita inquietudes sobre las estrategias y la capacidad de respuesta de Kyiv en el frente.

El 17 de febrero, Ucrania anunció su retirada de Avdiivka hacia una serie de posiciones al oeste de la ciudad. Sin embargo, desde entonces, tres pequeñas aldeas han caído en manos de las fuerzas rusas, a pesar de que Kyiv insiste en que nunca tuvo la intención de defenderlas.

La línea defensiva hacia la que Ucrania declaró su retroceso ha sido objeto de un intenso ataque ruso desde entonces, y fuentes prorrusas afirman que Moscú ha ocupado parcialmente los tres asentamientos. Ucrania niega estas afirmaciones.

Estos avances rusos ocurren en medio de una profunda crisis de municiones para el ejército ucraniano, lo que ha desencadenado un debate casi existencial entre las tropas de primera línea, quienes se enfrentan a la necesidad de racionar municiones y se preguntan cuánto tiempo podrán resistir la presión rusa.

En otra señal de malestar creciente, el nuevo comandante del ejército ucraniano, el coronel general Oleksandr Syrskyi, ha reprendido dos veces a sus oficiales subordinados durante la semana pasada por su pobre desempeño en esta línea del frente clave.

El jueves, Syrskyi criticó "ciertas deficiencias" y "errores de cálculo" de los mandos en el frente de Avdiivka, señalando que afectaron directamente la sostenibilidad de la defensa en ciertas zonas. El sábado, volvió a abordar el tema de la dotación inadecuada de personal, sugiriendo que había sustituido a algunos oficiales que no estaban al tanto de la situación y que ponían en peligro la vida y la salud de sus subordinados.

Syrskyi asumió el cargo de comandante del ejército hace tres semanas, después de que su muy popular predecesor, Valery Zaluzhny, fuera reemplazado tras meses de tensión con el presidente Volodymyr Zelensky.

Syrskyi se encuentra ahora al frente de un campo de batalla en el que una Rusia resurgente y una ferocidad brutal han explotado las carencias de ayuda, munición y personal occidentales a Ucrania, problemas que se han detectado desde hace tiempo.