Un vuelo de Alaska Airlines se vio envuelto en un momento aterrador cuando una ventana y parte del fuselaje se rompieron en pleno vuelo desde Portland, Oregón. Como medida de precaución, la aerolínea tomó la decisión de suspender todos sus aviones Boeing 737-9 después del incidente. A pesar de la gravedad de la situación, se reporta que no hubo heridos graves.

El incidente ocurrió poco después del despegue, generando un gran agujero que resultó en la pérdida de presión en la cabina. Afortunadamente, el avión, que transportaba a 174 pasajeros y seis miembros de la tripulación, logró regresar de manera segura al Aeropuerto Internacional de Portland, brindando un alivio ante lo que podría haber sido una tragedia.

El director general de Alaska Airlines, Ben Minicucci, aseguró que la compañía está colaborando con Boeing y las autoridades reguladoras para comprender las causas del incidente y que proporcionarán información actualizada a medida que se disponga de ella.