Cuánto cuesta la comida básica en Gaza, si la puedes encontrar
La escasa ayuda humanitaria, el alza descontrolada de precios y la violencia en los puntos de distribución profundizan la crisis alimentaria en el enclave Palestino.
Conseguir alimentos en Gaza se ha convertido en una tarea casi imposible para miles de familias. Aunque algunos productos básicos están disponibles en los mercados, los precios son tan altos que han dejado de ser accesibles para la mayoría de la población. Al mismo tiempo, la obtención de ayuda humanitaria se ha vuelto un riesgo de vida, en medio de un sistema de distribución caótico y violento desde que Israel reestructuró el proceso en mayo, con el argumento de evitar que los suministros lleguen a manos de Hamás.
El resultado ha sido devastador. Muchos palestinos han abandonado sus intentos de buscar ayuda, pese al avance de la hambruna. “¿He visto algo así en otro lugar?”, se preguntó Arif Husain, economista jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. “Para nada”.
Según datos publicados esta semana por la Cámara de Comercio e Industria de la Gobernación de Gaza, el azúcar cuesta hoy 106 dólares por kilogramo, la harina 12 dólares y los tomates 30 dólares. En tiempos de paz, los mismos productos costaban 89 centavos, 42 centavos y 59 centavos, respectivamente. Las cifras fueron recolectadas mediante encuestas en mercados de Gaza, Deir al-Balah y Khan Younis.
“Los precios son una locura, una locura total”, afirma Mohammad Fares, un joven de 24 años que ha perdido más de 23 kilos desde el inicio de la guerra. Residente de la ciudad de Gaza, Fares se niega a acudir a los centros de ayuda humanitaria por considerarlos “trampas mortales”, donde asegura que soldados israelíes disparan y la desesperación entre los civiles puede llevar a enfrentamientos con cuchillos. El ejército israelí ha declarado que solo realiza “disparos de advertencia” cuando se siente amenazado cerca de estos centros.
Para sobrevivir, su familia ha recurrido a sus últimos ahorros para comprar pequeñas cantidades de harina y lentejas. “Ya no compramos frutas ni verduras”, dice Fares. “Hace mucho que se volvieron inalcanzables”.
La inestabilidad en el ingreso de bienes ha causado fluctuaciones extremas en los precios. Solo en una semana, un saco de harina de 25 kilos llegó a costar hasta 891 dólares, bajó a 223 y volvió a subir a 334. Antes del conflicto, ese mismo saco costaba apenas 10 dólares.
“No solo enfrentamos una guerra de bombas, sino también una guerra de precios, de hambre y de sed”, denunció Ayed Abu Ramadan, presidente de la Cámara de Comercio de la Gobernación de Gaza y líder del comité de emergencia de las cámaras de comercio del enclave.
Los productos no alimentarios también sufren incrementos astronómicos: una pastilla de jabón cuesta 10 dólares, un paquete de pañales 149, el diésel 36 por litro, y 400 gramos de fórmula infantil alcanzan los 51 dólares. La falta de efectivo ha empujado a los palestinos al mercado negro, donde deben pagar comisiones del 50% para obtener moneda local.
“El sufrimiento está presente en cada aspecto de la vida”, lamenta Fares. “Sufrimiento sobre sufrimiento”.
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