Después del cerco militar a la Plaza Murillo, considerado un golpe de Estado fallido según la versión oficial, Bolivia se ha vuelto a posicionar en el foco internacional. En medio de esta situación, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, afirmó que el país sigue conectado con el mundo, señalando como prueba la próxima visita del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

"Se aclaró, esto está siendo solucionado por el Presidente. No es un nivel de normalidad seguramente, pero lo que sí es dar señales de que Bolivia sigue integrado al mundo, hay la visita de un presidente, el presidente Lula la próxima semana", indicó Montenegro. La visita del mandatario brasileño a Santa Cruz está programada para el 9 de julio, como anunció previamente la canciller boliviana, Celinda Sosa, y se reunirá con su homólogo boliviano, Luis Arce.

El intento de golpe del 26 de junio por parte de una fracción de las Fuerzas Armadas de Bolivia, que buscaba derrocar al presidente Arce, volvió a colocar a Bolivia en el centro de la atención internacional. Este evento ocurre en un contexto de inestabilidad económica caracterizada por la escasez de dólares, inflación persistente, caída de las exportaciones, aumento del riesgo país y calificaciones crediticias negativas. Montenegro destacó la importancia de revertir esta imagen con trabajo continuo y medidas como la regulación de las criptomonedas por el Banco Central. Sin embargo, economistas bolivianos advierten que las repercusiones del intento de golpe en la economía podrían ser significativas, mientras sectores comerciales y transportistas planifican movilizaciones para exigir la normalización del suministro de dólares en el sistema financiero.