Las criptomonedas son activos digitales que han revolucionado las transacciones económicas en la última década.

Aunque en Bolivia recién este año se han autorizado estas operaciones, su uso ya es extendido en diversas partes del mundo.

Bitcoin, la criptomoneda más conocida, no es la única; existen muchas otras que han surgido a partir de esta tecnología.

Estas monedas digitales permiten realizar intercambios sin la intervención de entidades bancarias y utilizan métodos criptográficos para asegurar sus transacciones.

El funcionamiento de las criptomonedas se basa en una red de ordenadores descentralizada que registra todas las transacciones.

Personas denominadas "mineros" son quienes procesan estas operaciones, obteniendo recompensas en forma de nuevas criptomonedas.

Para ingresar a este mundo, se pueden adquirir criptomonedas en casas de cambio, donde se intercambian por monedas tradicionales como el dólar o el euro, y se almacenan en "wallets" o carteras digitales.

El valor de las criptomonedas varía según su adopción y uso, lo que genera una alta volatilidad.

A pesar de esto, muchas personas las consideran una inversión atractiva debido a sus potenciales rendimientos.

Sin embargo, también presentan riesgos importantes, como la pérdida de acceso a los fondos si se olvida la clave privada de la wallet o la imposibilidad de revertir transacciones erróneas.

A la hora de invertir en criptomonedas, existen diversas alternativas, desde la compra directa hasta fondos de inversión o la adquisición de acciones en empresas relacionadas con la tecnología blockchain.

Esta última opción incluye compañías dedicadas a la minería de criptomonedas o al desarrollo de plataformas de intercambio y soluciones basadas en blockchain.