Desde el jueves, cuando Jorge Quiroga rechazó la encuesta que debía definir al “candidato único” del Bloque de Unidad, la situación dentro de esa facción opositora se ha complicado gravemente. El exmandatario (2001-2002) expresó su desconfianza en el proceso, señalando que la encuesta no contaba con la legalidad necesaria y que estaba siendo impulsada por intereses ajenos a su candidatura.

El viernes, Quiroga intensificó su postura con una carta dirigida a Carlos Mesa, vocero del bloque, y al presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Óscar Hassenteufel. En la misiva, expresó que no participaría de la encuesta —cuyo trabajo de campo comenzó el sábado— y denunció que esta estaba siendo financiada por Samuel Doria Medina, otro de los precandidatos del bloque.

El domingo, Quiroga continuó con sus críticas, afirmando que estaba siendo víctima de una “emboscada” y una “maniobra politiquera” con el fin de alejarlo de la contienda electoral. En una conferencia de prensa en Santa Cruz, calificó la situación como un “chantaje grotesco” y se refirió a las complicaciones legales del proceso que intentaba conformar un bloque sin viabilidad jurídica.

El exmandatario también señaló a Doria Medina, líder de Unidad Nacional (UN), como responsable de la falta de coherencia dentro del grupo. Dijo que varios miembros del bloque le expresaron su preocupación por la campaña sistemática en su contra, ya que las preguntas de la encuesta y la información del proceso se filtraban de manera sospechosa. Quiroga indicó que este tipo de maniobras solo dificultaban la unidad y la lucha contra el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS).

A pesar de los problemas internos, Quiroga afirmó que sigue siendo parte del bloque, aunque dejó de participar activamente en sus actividades. Sin embargo, sus aliados tampoco han hecho esfuerzos por reintegrarlo al proceso. Mientras tanto, los voceros de Doria Medina aseguraron que la encuesta continúa en desarrollo. Además, Doria Medina felicitó al expresidente Eduardo Rodríguez por su postura de no ser candidato, insinuando que todos los políticos deberían tener la misma coherencia que él.