El exfiscal Joadel Bravo señaló que ninguno de los aspirantes a la presidencia en Bolivia ha presentado propuestas concretas para enfrentar el narcotráfico. Durante una entrevista, vinculó recientes hechos de violencia —como acribillamientos, autos incendiados y asesinatos relacionados con el narcotráfico en Shinahota, Yapacaní y Urubó— a la falta de una estrategia efectiva del Estado.

Bravo explicó que el narcotráfico en el país opera a través de pequeños clanes familiares en el Chapare, lo que dificulta su persecución en comparación con organizaciones criminales jerarquizadas como el PCC de Brasil.

El exfiscal subrayó la necesidad de diseñar una política de Estado a largo plazo, que incluya una reforma profunda del sistema judicial y contemple el impacto económico de combatir el narcotráfico. Además, enfatizó la importancia de la cooperación internacional, proponiendo la participación de agencias como la DEA para desarticular redes transnacionales, controlar rutas de transporte y frenar el lavado de dinero.

Como ejemplo del efecto de esta problemática en la economía, Bravo recordó que durante el gobierno de Hugo Banzer, la presión internacional contra el narcotráfico y el contrabando provocó una crisis económica, lo que demuestra que la erradicación de estas actividades puede impactar fuertemente al país.

En conclusión, Bravo advirtió que sin una estrategia sólida, justicia fortalecida y cooperación global, la violencia ligada al narcotráfico seguirá incrementándose y normalizándose en las calles bolivianas.