El gobierno boliviano enfrenta duras críticas por su tardía respuesta a los incendios forestales que desde el 10 de junio han arrasado con más de 4 millones de hectáreas en cuatro departamentos del país. Legisladores de la oposición y líderes indígenas han cuestionado la demora en solicitar ayuda internacional, argumentando que la intervención temprana podría haber mitigado significativamente la devastación.

Luisa Nayar, diputada de Comunidad Ciudadana (CC), lamentó que la solicitud de apoyo a países como Brasil y Chile se haya realizado recién en las últimas semanas. "La reacción del Gobierno siempre es tardía, siguiendo el ejemplo de su jefe Evo Morales. Se podría haber evitado la quema de millones de hectáreas si hubiera habido voluntad política para pedir ayuda antes", señaló Nayar. Por su parte, María René Álvarez, diputada de Creemos y representante de la región de la Chiquitania, afirmó que la llegada de bomberos internacionales es insuficiente para abordar un problema que, según ella, requiere la derogación de "normas incendiarias" y el endurecimiento de sanciones.

Además del impacto ecológico, los incendios han afectado gravemente a las comunidades indígenas, quienes han visto destruidos sus cultivos, viviendas y medios de vida. Alex Villca, representante de la Coordinadora Nacional de Defensa de los Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas de Bolivia (Contiocap), expresó su desconfianza en la capacidad del gobierno para manejar la crisis. "El gobierno no tiene la capacidad ni la voluntad política para darle una solución definitiva a estos desastres que no solo afectan a la fauna y flora, sino también a los pueblos indígenas", afirmó Villca, subrayando la necesidad de una respuesta más efectiva y coordinada para proteger tanto el medio ambiente como las comunidades afectadas.