El presidente de Brasil expresó preocupación por el operativo policial realizado en Río de Janeiro contra una facción criminal, el cual dejó al menos 121 fallecidos. Durante una entrevista en Belém, señaló que el hecho amerita una revisión exhaustiva, al considerar que hasta ahora solo se conoce la versión oficial del gobierno regional.

El mandatario sostuvo que es necesario esclarecer las circunstancias del operativo, en el que murieron más de un centenar de presuntos integrantes de una organización ilícita y cuatro efectivos policiales. La intervención fue ordenada por el gobernador de Río de Janeiro, quien la definió como un resultado positivo en la lucha contra el crimen organizado.

Imágenes que circularon posteriormente mostraron cuerpos alineados en una de las zonas intervenidas, generando cuestionamientos de organismos de derechos humanos y llamados internacionales para una indagación independiente. Tras el hecho, el gobierno federal instó a fortalecer la coordinación entre autoridades estatales y nacionales en materia de seguridad.