A pesar de las constantes quejas de los comercializadores y consumidores, el precio de la carne en el mercado sigue sin registrar una baja significativa. Los carniceros aseguran que, aunque han solicitado una revisión de precios, el costo del kilo de gancho continúa sin cambios y oscila entre 48 y 50 bolivianos para la carne de primera calidad. En tanto, la carne de segunda calidad sigue cotizándose entre 42 y 45 bolivianos por kilo.

Por otro lado, la carne molida se mantiene en un rango de 38 a 40 bolivianos por kilo, lo que también genera preocupación entre los consumidores, especialmente aquellos con presupuestos más ajustados.

En el caso de la carne de pollo, el precio ha mostrado estabilidad, permaneciendo en 21 bolivianos por kilo. Sin embargo, los comerciantes afirman que este precio podría cambiar dependiendo de la oferta y demanda en las próximas semanas.

Los comercializadores explican que varios factores, como el incremento en los costos de insumos y transporte, han influido en la decisión de mantener estos precios elevados. Mientras tanto, los consumidores y familias de bajos recursos continúan enfrentando dificultades para acceder a estos productos básicos.