El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, alertó sobre una escalada en las operaciones militares rusas en Ucrania, tras el lanzamiento de más de cuarenta misiles y una cantidad similar de drones contra infraestructuras clave en el país, informaron fuentes oficiales.

Zelensky denunció la "vileza" de los ataques, destacando que aunque parte de los misiles y drones fueron interceptados, muchos lograron su objetivo, provocando daños significativos en la región de Kharkiv y su capital homónima.

El ataque dejó a más de 200.000 abonados sin electricidad en la región de Kharkiv, ubicada en el noreste de Ucrania, donde los bombardeos rusos han causado estragos en las últimas semanas.

Además de Kharkiv, Rusia también atacó infraestructuras en Kiev, Zaporizhzhia, Odesa y Lviv, según reportes. Dos centrales térmicas del operador energético ucraniano DTEK también fueron blanco de los ataques.

La Fuerza Aérea de Ucrania informó que Rusia utilizó seis misiles hipersónicos Kinzhal en el ataque, los cuales son extremadamente difíciles de interceptar y representan una amenaza considerable para Ucrania.

De los 42 misiles lanzados, las defensas ucranianas interceptaron 18, mientras que lograron derribar 39 de los 40 drones kamikaze iraníes Shahed utilizados en el ataque.

Estos ataques, que comenzaron a fines de marzo, han devastado infraestructuras energéticas ucranianas y representan una de las peores campañas de ataques desde 2022.

Zelensky reiteró su llamado a los aliados de Ucrania para que brinden apoyo urgente en defensa aérea, destacando la necesidad de sistemas de defensa adicionales para proteger todo el país.

La campaña de ataques rusos ha evidenciado las vulnerabilidades de Ucrania ante los sistemas de defensa aérea, especialmente en regiones no protegidas adecuadamente por los sistemas occidentales recibidos por el país.