Alarma por el acercamiento de Colombia al régimen de China
En mayo, Colombia dio dos pasos importantes en materia de política exterior con el objetivo de intensificar su compromiso con China. Durante la visita del presidente Gustavo Petro a Pekín el mes pasado con motivo del Foro China-CELAC, su Gobierno anunció que Colombia se había sumado a la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda (BRI), el programa de desarrollo insignia de China.
Solo unos días después, el Gobierno de Petro solicitó su adhesión al Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS, que fue aceptada el 19 de junio.
En comparación con otros países sudamericanos, el giro de Colombia hacia China es reciente y refleja un enfoque reactivo en materia de política exterior.
La larga y cada vez más intensa cooperación de Brasil con Pekín quedará patente en la Cumbre del BRICS que se celebrará en Río de Janeiro los días 6 y 7 de julio. Chile firmó un acuerdo de libre comercio con China hace dos décadas, demostrando los beneficios de una diplomacia comercial con visión de futuro.
No fue una planificación pragmática, sino más bien el anuncio por parte de la administración Trump de unos aranceles no vistos desde la era Smoot-Hawley lo que finalmente impulsó a Colombia a estrechar sus lazos con China, a pesar de las fuertes advertencias de Washington. Aunque esta adhesión no conlleva obligaciones legales inmediatas, supone una declaración política significativa en un panorama geopolítico en evolución en el que Estados Unidos persigue una agenda «America First» destinada a reducir su déficit comercial.
El momento en que se ha tomado esta decisión no podía ser peor y pone de manifiesto la falta de planificación estratégica a largo plazo de Colombia en materia de asuntos exteriores.
En lugar de desarrollar de forma proactiva una estrategia integral para involucrar a múltiples socios comerciales y diversificar los destinos de las exportaciones, como señalé hace cuatro años en estas páginas, Colombia ha adoptado un enfoque reactivo ante los cambios en la dinámica internacional.
Sin embargo, todavía hay caminos que los gobiernos actuales y futuros pueden seguir para navegar por las tensiones entre Estados Unidos y China mientras se amplía el comercio.
Noticias relacionadas
- Trump dice que “España es un problema” por su negativa a elevar el gasto militar al 5% del PIB
- El presidente iraní afirma que la guerra con Israel ha terminado
- Fallece actor de Lilo y Stitch poco después del estreno del live action
- Netanyahu advierte que Israel responderá con fuerza si Irán reactiva su programa nuclear
- Profesora temporal es filmada robando datos bancarios de colegas en Brasilia