En un rincón apartado del cementerio de Santa María de la Colina, en Majes, una desgarradora historia de amor y abandono sacudió a quienes cruzaron sus caminos. Félix Flores, un adulto mayor de 76 años, fue encontrado por trabajadores del camposanto tras varios días de ingreso nocturno, donde se ocultaba entre las lápidas, especialmente durante las tardes.

El hombre, en estado de desnutrición y con visibles heridas, había estado durmiendo durante casi un mes junto a la tumba de su esposa, quien había fallecido cuatro años atrás. Los trabajadores del cementerio se alarmaron al notar su presencia recurrente y decidieron intervenir.

En su encuentro con los funcionarios, don Félix, con voz quebrada, relató su desgarradora situación: "Quisiera estar al lado de mi esposa… si ella estuviera viva, yo no sufriría. Mis hijos no me quieren, y mi yerno me botó de mi casa. Quiero que me entierren con ella", expresó mientras era trasladado al hospital central de Majes, donde hoy lucha por su salud y dignidad.

El anciano, a pesar de su estado de salud deteriorado, encontraba consuelo y compañía en la tumba de su amada. En medio de flores marchitas y recuerdos imborrables, la soledad que enfrentaba lo llevaba a refugiarse en el único lugar donde sentía que todavía podía estar cerca de su ser querido.

Esta historia conmueve a todos aquellos que se enfrentan a la dura realidad de la soledad en la vejez y el abandono de familiares, que alguna vez recibieron amor y cuidado, pero que hoy se ven invisibilizados en una sociedad que olvida rápidamente a sus mayores. Félix Flores, al igual que muchos otros adultos mayores, enfrenta el dolor físico de la desnutrición y las heridas, pero también la angustia emocional de ser dejado atrás por aquellos que alguna vez lo fueron todo para él.

Su historia es un triste recordatorio de la importancia de valorar y cuidar a nuestros mayores, de que el amor y el afecto deben ser incondicionales, incluso en los últimos años de vida. Hoy, Félix sigue luchando por su salud, mientras el recuerdo de su esposa sigue siendo su única compañía en este difícil capítulo de su vida.

Este caso se ha convertido en un grito silencioso por todos los adultos mayores olvidados, aquellos que aún cargan con el peso de la vida, pero que encuentran consuelo en los recuerdos de aquellos a quienes han amado y perdido.