La producción de trigo en Santa Cruz para 2024 se proyecta en menos de 50.000 toneladas, una cifra considerablemente baja debido a las severas condiciones de sequía que han afectado la región.

Esta disminución en la producción implicará un aumento en las importaciones de grano y harina para cubrir la demanda interna, además de fomentar el contrabando, lo que resulta en una significativa erogación de divisas para el país.

El fenómeno climático ha impactado negativamente los cultivos de invierno en Santa Cruz, con una reducción del 60% en el rendimiento del trigo en comparación con el año pasado y una disminución del 35% respecto a 2022, otro año afectado por la sequía.

La falta de lluvias ha sido un factor crucial en la caída de la producción de la campaña de verano 2023-2024.

Genaro Carreño, presidente de la filial en Cuatro Cañadas de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), destacó que la escasez de lluvias ha arruinado la campaña actual.

Carreño también ha instado al gobierno a aprobar la biotecnología con transgénicos para trigo, maíz y soya, similar a las tecnologías ya adoptadas en países vecinos como Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay, que han logrado aumentos significativos en su producción.

En 2023, la producción total de trigo alcanzó 136.000 toneladas, un incremento del 31% en comparación con el invierno de 2022, gracias a condiciones climáticas más favorables. Sin embargo, la caída proyectada para este año representa un retroceso significativo para los agricultores.

La superficie sembrada de trigo en la zona Este de Santa Cruz, que incluye áreas como Pailón, Cuatro Cañadas, San Julián y El Puente, fue de 58.800 hectáreas, de las cuales el 96% se vio afectada por la sequía.

En la zona Integrada, la superficie sembrada fue de 18.700 hectáreas, con un 33% de estas áreas también afectadas.

La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo advierte que la sequía está reduciendo drásticamente la producción en Santa Cruz, que representa el 70% de la producción nacional.

Por ello, piden al Gobierno la aprobación inmediata del Trigo HB4, una biotecnología tolerante a la sequía.

La solicitud, presentada en 2022, aún no ha recibido respuesta.

Esta tecnología, ya aprobada en países productores líderes como Argentina, Brasil y Estados Unidos, podría permitir a los productores bolivianos aumentar la producción y mitigar las pérdidas por sequía en los últimos años.