La falta de diésel en el país ha generado una creciente preocupación entre los productores de oleaginosas y trigo, quienes advierten que sin el combustible necesario, la cosecha de 400 mil hectáreas de soya podría verse seriamente afectada. La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) expresó su temor por las consecuencias que esta escasez podría tener no solo en el abastecimiento interno de alimentos, sino también en la exportación de excedentes, lo que implicaría una fuerte pérdida económica para el país.

Jaime Hernández, gerente general de Anapo, indicó que la situación es crítica y señaló que el plazo de 10 días anunciado por el presidente Luis Arce para la normalización del abastecimiento de diésel es insuficiente. Según Hernández, este lapso de espera es "tarde" para el sector productivo, que requiere de suministro inmediato para continuar con las labores de cosecha. “Si no tenemos el diésel en los próximos días, los daños serán irreparables para la cosecha de la soya, y no solo eso, la falta de combustible afectará a toda la cadena de producción”, afirmó.

El riesgo se concentra especialmente en el Norte Integrado, una de las principales zonas productivas de soya en el país, donde 400 mil hectáreas están listas para ser cosechadas. Si esta cosecha no se lleva a cabo, advierten los productores, no solo se comprometería la seguridad alimentaria nacional, sino también las exportaciones que contribuyen a la economía del país. La soya es uno de los productos agrícolas más importantes para Bolivia, no solo para la alimentación interna sino también para la industria de aceites y la exportación, por lo que cualquier pérdida en la cosecha tendría un impacto directo en los ingresos nacionales.

De acuerdo con los productores, el desabastecimiento de diésel ha provocado que las labores de cosecha se detengan, afectando tanto a los grandes productores como a los pequeños y medianos agricultores. "No solo se verán afectados los grandes campos de soya, también el productor pequeño que depende de cada cosecha para sobrevivir económicamente", indicó Hernández.

A pesar de la crítica situación, Anapo aún no ha recibido la invitación para participar en las mesas de trabajo anunciadas por el gobierno, lo que ha generado más incertidumbre entre los productores. Las mesas de trabajo, que fueron presentadas por el presidente Luis Arce como una solución para abordar la crisis del diésel, aún no han incluido a las principales asociaciones agropecuarias, lo que aumenta el malestar en el sector.

La crisis del diésel no solo afecta al sector de la soya, también tiene repercusiones en la producción de caña de azúcar, maíz, arroz y otros productos agrícolas, lo que genera temores sobre el impacto en la seguridad alimentaria del país para el próximo año. Según los productores, esta falta de combustible no solo representa una pérdida económica directa, sino que también podría desencadenar un aumento en los precios de los alimentos, afectando tanto a los productores como a los consumidores.

Ante esta situación, los productores piden al gobierno una solución inmediata, que no solo asegure el abastecimiento de diésel en el corto plazo, sino que también se busque una solución a largo plazo para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. “Es fundamental que el gobierno entienda que estamos en una situación de emergencia, y que no podemos esperar más tiempo. La cosecha de soya no puede esperar, y las consecuencias de un retraso podrían ser devastadoras”, concluyó Hernández