El Santo Sepulcro de una tonelada estrenará andas en Semana Santa; conozca a la hermandad que conserva viva la tradición
Un Cristo yacente (escultura que representa a Jesucristo muerto y tendido para su entierro), casi del tamaño real, recostado al interior de una urna de madera y vidrio, con adornos de plata pura, reposa al interior de la Basílica Menor de San Lorenzo, la Catedral Metropolitana de Santa Cruz. Pálido y con las heridas de la cruz, incluso con la frente arañada por la corona de espinas, llegó en un vuelo desde España y desde 1975 es parte de la colección de reliquias de la Iglesia Católica.
Esta Semana Santa cobra principal relevancia durante la procesión del Viernes Santo por la noche, al igual que el grupo de hombres que carga sobre sus hombros la reliquia de poco más de una tonelada, y que forman parte de un grupo que no es secreto, pero sí es poco conocido por el público en general: la Hermandad del Santo Sepulcro.
Llegamos a la habitación en donde está en exposición, justo en frente del museo catedralicio. Lo primero que llama la atención es que esta vez la reja de madera está abierta, algo que no ocurre muy seguido porque en el pasado le robaron dos de los cuatro ángeles de plata que el Santo Sepulcro lucía en sus esquinas.
Un grupo de hombres y mujeres están limpiando la urna por fuera, encerando la madera de roble y sacándole brillo a la platería repujada que tiene imágenes de flores y aves. Este año, que la imagen cumple 51 años de existencia, se propusieron conseguir nuevas andas. Lograron que toda la madera fuera donada por familias católicas que quieren mantener sus nombres en reserva, porque practican aquello de que "lo que haga tu mano izquierda que no lo sepa la derecha". Eso sí, el pago a los diseñadores y constructores de las nuevas andas, que asciende a poco más de Bs 30 mil tiene todavía un saldo pendiente, sin mencionar que se aspira a poder juntar un dinero más para reponer las piezas de plata que le faltan a la reliquia.
Estos hombres y mujeres son 28, están a cargo del cuidado de la imagen y cada año en Viernes Santo, los varones en mejor estado físico alistan su pantalón y saco sastre en color negro, se colocan la estola de la hermandad y cargan con mucha devoción el Santo Sepulcro. Es el momento más importante de su voluntariado, no importa cuántas veces lo hayan hecho, siempre se emocionan y consideran que de esa manera le están "retribuyendo" al Señor por sus cuidados y favores recibidos.
Marcelo Quiroz, director del museo catedralicio, repara en que Santa Cruz siempre fue un pueblo muy religioso y devoto de la fe cristiana. Con cariño evoca el tiempo del padre Carlitos Gericke, recuerda que el año 74 organizó una colecta, pidió a los feligreses la donación de Bs 1 para que Santa Cruz tuviera sus imágenes para la Semana Santa y se asombró de cómo todo el pueblo hizo filas por horas para entregar su aporte.
Semejante proeza no se logró repetir este año, porque costó reunir el dinero para renovar las andas y también está siendo difícil involucrar a los jóvenes en esta tradición que la hermandad lleva adelante. "Cuesta contagiar a los jóvenes", se lamenta Alberto Justiniano (77), un artesano de la elaboración de colchones que sacó adelante a sus 11 hijos con su talento "y la gracia del Señor", al que sirve con honor y carga en sus hombros desde hace 23 años.
Una tradición en Santa Cruz La procesión del Santo Sepulcro es una representación simbólica del sepulcro del Salvador, en la que se coloca una imagen de Cristo yacente. Los participantes suelen vestir túnicas y se realizan cantos y rezos durante el recorrido procesional y se invita a hombres y mujeres católicos practicantes, laicos y clérigos, con un mínimo de 25 años de edad, para que lleven en andas al Señor.
José Negrete es vicepresidente de la hermandad desde hace dos años, pero conoce muy bien al Cristo yacente, "desde chico acompañaba a mi mamá, que también perteneció a la hermandad", empieza su relato, reparando en que antes tenían un papel que se extendía por más tiempo, pero que con el paso de los años fue cambiando, principalmente por culpa de la delincuencia.
"El viernes había velorio toda la noche. Después de la procesión al rededor de la plaza, la hermandad lo devolvía a su lugar y se lo velaba, acompañando con cantos y rezos hasta la madrugada. Llegaba mucha gente, y lamentablemente, los amigos de lo ajeno también, por la delincuencia se dejó de hacerlo. Esperábamos hasta las 05:00 de la mañana y salíamos nuevamente en procesión para rezar el rosario, lo hacíamos solo con la cruz, San Juan (el apóstol) y la virgen María". Luego se hacía una pausa hasta el sábado a medianoche, cuando se celebra la misa de Pascua.
Una vez al año, la hermandad hace una limpieza profunda, antes de la Semana Santa. Pieza por pieza, se revisa las telas, la madera y la pintura, en presencia de un experto para asegurarse de que nada se malogre. "De este Santo Sepulcro se han hecho cinco copias, una está en Porongo y sé de otra que está en la iglesia Santo Domingo", cuenta Marcelo Quiroz, el orgulloso responsable del cuidado de todas las reliquias de la Catedral que desde 2004 es un patrimonio religioso, histórico, cultural y urbanístico de la ciudad.
Como parte de los arreglos de última hora también se le coloca al sepulcro una corona de plata en la punta superior, misma que por motivos de seguridad se guarda en el museo porque "no todo el que llega a la iglesia viene a rezar", lamenta, recordando que fue un golpe duro cuando se robaron varias planchas y ángeles de plata y promete que el próximo año van a restaurar y devolverle todo lo que le han robado, "cuando hay fe y amor se puede conseguir".
Se alistan con ilusión para darle un nuevo realce al Santo Sepulcro Estiman que de 30 pasarán a 45 personas para llevar en andas al Cristo yacente, dado que las nuevas que entregan este próximo 16 de abril van a sumar unos 300 kilos más de peso a la imagen y su féretro, que originalmente pesa 1.200 kilos.
Consuelo Aguilar resalta la devoción que se pone en práctica con el cuidado y la representación del Santo Sepulcro, que en la fecha de la Semana Santa revive lo que le pasó a Jesús crucificado. "Es una oportunidad de renovar la fe", resalta, orgullosa de seguir el legado de su esposo Agustín, quien también era parte de la hermandad y que desde su infancia, siendo monaguillo, tuvo un gran apego a la Iglesia. Ahora ella permanece y el menor de sus hijos también, quien viene a ser el único miembro joven de la hermandad.
Su cuñada Ana Luisa Cuéllar también es parte de la hermandad, que solo de ver al Cristo sufriente llega a emocionarse hasta las lágrimas, no importa que esté acostumbrada a verlo, todos los años la imagen le transmite una gran emoción.
José Negrete considera que la fe es una semillita que no se debe dejar de fomentar. Y es que en las diferentes misas, incluso al interior de la hermandad, solo se ven cabezas blancas, porque la juventud y la niñez se han alejado de la religión. "Hemos disgregado a la familia, los padres han salido a buscar trabajo y los hijos se quedaron con personas extrañas. Antes los abuelos nos solventaban la fe, pero ahora los jóvenes no entienden el concepto de la misa ni de la Eucaristía", se lamenta.
Quieren que la juventud se integre y los ayuden, por eso han empezado con jóvenes voluntarios de la Universidad Católica que este año van a colaborar, la idea es que se involucren y quieran ser parte de la hermandad, una tradición que empezó hace 51 años con la llegada de la imagen del Cristo yacente, que ayudó a formar el tan famoso y querido padre Carlitos Gericke.
Este miércoles se entregan las nuevas andas, un proyecto de Rodrigo Deheza, y la hermandad tendrá que ponerse a practicar, porque no es fácil coordinar entre 45 hombres que van a estar alzando una reliquia tan pesada y tan importante. Los miembros del equipo sacerdotal que llevan adelante la Catedral, el padre Hugo Aras, como rector; Oswaldo Peña, como guía espiritual de la hermandad; y el padre Alessandro Manenti, administrador de esta iglesia, apoyan con entusiasmo la novedad que la hermandad se propuso llevar adelante: "Vamos a dejar un legado hasta cuando Dios quiera".
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