La Casa Blanca ha confirmado que Ucrania no tuvo ninguna implicación en el reciente atentado en una sala de conciertos en Moscú, en el que perdieron la vida más de 130 personas. Este anuncio surge después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, sugiriera una posible conexión con Kiev.

La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adrienne Watson, afirmó que "ISIS es el único responsable de este ataque. No hubo participación ucraniana en absoluto", utilizando el acrónimo para el grupo Estado Islámico, que ha reivindicado el acto terrorista.

La vicepresidenta Kamala Harris coincidió con esta afirmación en una entrevista a un medio internacional, donde declaró que no había "ninguna" prueba de la implicación de Ucrania en el ataque, señalando que "ISIS-K es en realidad, según todos los indicios, responsable de lo ocurrido".

El ataque en la sala de conciertos de Moscú, que dejó al menos 137 muertos, fue reivindicado por la rama del ISIS en Afganistán y Pakistán, conocida como ISIS-K. Hombres armados camuflados irrumpieron en el Ayuntamiento de Crocus, en el barrio de Krasnogorsk, en el norte de Moscú, e incendiaron el edificio el viernes por la noche.

En declaraciones públicas, Putin prometió castigar a los autores del atentado, pero no hizo referencia a las reivindicaciones del Estado Islámico. En cambio, mencionó que cuatro hombres armados que intentaban huir a Ucrania fueron detenidos.

Kiev ha negado rotundamente cualquier relación con el ataque, y el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, acusó a Putin de intentar culpar a su país. Mientras tanto, el ISIS-K, un grupo militante suní, ha perpetrado numerosos atentados en Afganistán y Pakistán, intensificando sus actividades en todo el mundo en los últimos meses.