Ucrania ataca depósitos de municiones y fábricas militares rusas en Rostov y Leningrado
El Ejército de Ucrania intensificó sus ofensivas en territorio ruso en la madrugada de este viernes, atacando instalaciones clave para las Fuerzas Armadas de Rusia. En un ataque dirigido a debilitar la capacidad ofensiva del Kremlin, las fuerzas ucranianas utilizaron drones para saturar las defensas aéreas rusas, lo que permitió el ingreso de un misil Neptun en el territorio enemigo.
Según el mensaje del Ejército ucraniano en su canal de Telegram, los objetivos principales de la ofensiva fueron las regiones de Rostov y Leningrado, donde se localizaron fábricas de drones que, bajo la apariencia de instalaciones civiles, en realidad producían tecnología militar para el conflicto. Andri Kovalenko, responsable del gabinete de Información del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, denunció que Rusia ocultaba la producción de armas de guerra mediante la fachada de fábricas ordinarias.
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) también informó que se logró neutralizar un depósito de drones de reconocimiento, utilizados para ajustar ataques contra ciudades ucranianas y el frente de batalla, en el Cáucaso norte.
Como resultado de los ataques, se desataron grandes incendios en la zona industrial de Gátchina, en Leningrado, que afectaron áreas clave de la infraestructura rusa. Sin embargo, el Ministerio de Defensa de Rusia evitó hacer referencia a estos daños, limitándose a informar sobre la destrucción de 40 drones ucranianos en varias regiones, 16 de ellos en Rostov.
Rostov, un objetivo frecuente de las ofensivas ucranianas, sigue siendo un punto estratégico de interés para el Ejército de Kiev, que busca reducir la capacidad de Rusia para llevar a cabo ataques sobre territorio ucraniano. Este ataque forma parte de una serie de maniobras de Ucrania contra instalaciones clave, que también incluyó el ataque a una planta de combustible sólido para misiles balísticos en diciembre.
Según las autoridades ucranianas, estas acciones son parte de una estrategia integral para debilitar las capacidades del Ejército ruso y frenar los ataques contra la población civil en Ucrania.
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