Por primera vez, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que comandos de su ejército operaron dentro del territorio iraní durante la reciente Guerra de los 12 Días.

El jefe del Estado Mayor israelí, Eyal Zamir, reveló en un discurso televisado que estas operaciones encubiertas se llevaron a cabo en plena ofensiva militar para debilitar el programa nuclear del régimen persa.

Zamir indicó que las FDI lograron controlar el espacio aéreo iraní y ejecutar misiones tácticas mediante coordinación entre la fuerza aérea y unidades de comando terrestre.

Señaló que estas acciones permitieron una “libertad de operación” dentro de Irán, al tiempo que advirtió que, pese al alto el fuego vigente desde el 25 de junio, la situación en la región continúa siendo inestable.

El anuncio de Israel coincidió con la ejecución de cuatro personas en Irán, acusadas de colaborar con el Mossad. Según el poder judicial iraní, los condenados intentaron introducir equipamiento para atentar contra altos funcionarios del régimen y fueron sentenciados por “corrupción en la tierra” y colaboración con gobiernos hostiles.

Los combates comenzaron el 13 de junio, tras una ofensiva sorpresa israelí destinada a frenar el desarrollo nuclear iraní. Las FDI afirman que los ataques causaron daños “graves y sistémicos” al programa nuclear, señalando que instalaciones clave como la planta de Fordow quedaron inutilizadas. También se indicó que el programa fue “retrasado por años”.

Sin embargo, la inteligencia estadounidense estima que el impacto fue menor y que el programa nuclear iraní solo habría sido postergado por algunos meses, ya que una parte significativa del uranio enriquecido fue retirada y protegida antes del ataque.

Teherán, por su parte, insiste en que su programa atómico tiene fines exclusivamente civiles y médicos, y desmiente estar desarrollando armas nucleares.